Múltiples estudios han puesto en evidencia las propiedades terapéuticas del componente psicoactivo conocido como psilocibina
Esteban Guardia Beeche
Enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad se encuentran en aumento a nivel mundial de acuerdo con un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Latinoamérica es una de las regiones con las tasas más altas de trastornos depresivos y de ansiedad en todo el planeta.
Los medicamentos antidepresivos son una de las mejores herramientas para combatir este tipo de trastornos mentales, aunque no son efectivos en todos los casos. El Centro Nacional de Información de Biotecnología (NCBI) publicó un estudio en donde se evidencia que de un 40- 60% de las personas que toman antidepresivos no experimentaron ningún cambio en sus síntomas.
Los hongos psilocibios comúnmente conocidos como hongos alucinógenos se están convirtiendo en uno de los métodos más revolucionarios para tratar una variedad de enfermedades mentales. El componente activo con la capacidad de aliviar los síntomas de estos trastornos se denomina psilocibina.
En un reporte científico publicado en la revista científica Nature titulado ‘’Las emociones y la función cerebral se alteran hasta un mes después de una única dosis alta de psilocibina’’ un grupo de investigadores buscaba determinar los efectos de la psilocibina en el cerebro humano a corto y mediano plazo.
Para realizar el estudio se eligió a doce individuos que fueron evaluados un día antes, una semana después y un mes después de que se les administró una dosis de 25 mg/70 kg de psilocibina con el fin de evaluar si esta sustancia tiene la capacidad de generar cambios prolongados en el humor y estado mental de los participantes.
Los voluntarios fueron sometidos a escalas de depresión y ansiedad (DASS) e imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf) para poder observar los cambios en la anatomía de sus cerebros. Los resultados mostraron como la psilocibina tiene un potencial neuroplástico para alterar las conexiones cerebrales. Esto quiere decir que a través de esta molécula es posible reconfigurar el cerebro con el fin de tratar una plétora de enfermedades y trastornos mentales como depresión, ansiedad, adicción, desorden de stress postraumático, etc.
Costa Rica es la región de América Central donde este tipo de hongos crece con mayor facilidad, pero el clima templado de Latinoamérica provee las condiciones idóneas para su desarrollo. Los nativos del Perú han hecho uso de los hongos psilocibios con propósitos medicinales y religiosos por siglos.
La situación legal de estas sustancias se encuentra en un limbo complicado. Con pocas excepciones los hongos alucinógenos son ilegales en la mayoría de los países del mundo. Aunque en Costa Rica no está permitida su compra y venta el uso recreacional está descriminalizado.