Presente en el estadio, celebraciones religiosas y hasta en manifestaciones; la música de comparsa toma protagonismo en la cotidianidad de las y los puntarenenses
La música de comparsa es un elemento distintivo y arraigado por más de 50 años en la cultura de los barrios puntarenenses; esta manifestación no solo es una forma de entretenimiento, sino que también funciona como un reflejo de la identidad y las tradiciones locales (Morera, 2024).
“Siempre ha sido parte importante en mi vida; como que es algo que corre por mis venas”
-Josue Carranza Rugama-
El escenario por excelencia de la comparsa es el carnaval; una celebración muy antigua y de “carácter pagano” que se realiza antes de la cuaresma cristiana. En Costa Rica, se celebró por primera vez el carnaval en 1942, que fue promovido por Alfred “King” Henry Smith. En Puntarenas, el primer carnaval tuvo lugar en 1970.
Desde entonces, la música de comparsa se ha enriquecido de variantes musicales. Actualmente se habla de tres estilos de toques o ritmos de comparsa: limonense, puntarenense y josefino; agregando la influencia de toques de Samba Brasileña que toma a diario un mayor protagonismo en los diversos espacios.

Además, esta manifestación cultural se “renueva y adapta”; actualmente la comparsa está presente en los carnavales, las fiestas religiosas, los cumpleaños e incluso como parte de los movimientos sociales y los sentires colectivos. Un ejemplo claro de esto es la reconocida comparsa Estação Primeira que engalana cada partido de Puntarenas Fútbol Club y transmite un sinfín de emociones a la afición naranja. También es común escuchar una comparsa en otros espacios físicos como restaurantes, hoteles, parques comunales, plazoletas e incluso, en medios de transporte como carros, lanchas, el ferry, entre otros.
¡Las comparsas son el alma de la fiesta, atrayendo a multitudes con su energía contagiosa sin importar el espacio!

La presencia cotidiana de la música de comparsa
En los barrios de Puntarenas, la música de comparsa se convierte en una presencia constante en la vida diaria de las y los porteños; el sonido de los tambores crea un ambiente festivo y alegre que caracteriza a la Perla del Pacifico.Josue Carranza Rugama cc. Campito, reconocido comparsero de la zona, señala que él creció escuchando comparsas que ensayaban cerca de su casa; este hito durante su niñez y adolescencia lo llevaron a involucrarse de lleno en estas.
En la actualidad, Campito no solo es miembro de comparsas, además es director y profesor de percusión especializado en esta manifestación. Este es el caso de muchas personas en los barrios de Puntarenas, especialmente aquellos provenientes del cantón Central, en el que destacan: Barrio Fray Casiano, Chacarita, Bella Vista, Calle el Arreo, Barranca y el Roble.
Vínculo con la identidad local
La música de comparsa no solo proporciona entretenimiento, sino que también fortalece el sentido de identidad y pertenencia entre los puntarenenses. Las canciones, a menudo cargadas de referencias locales, resaltan las tradiciones propias de la región, reafirmando así el orgullo por la cultura puntarenense y el respeto a la historia de la misma.
Transmisión intergeneracional
La tradición de la música de comparsa se transmite de generación en generación, creando un lazo profundo entre los residentes de los barrios. Las personas jóvenes e incluso la niñez, aprenden los ritmos de sus mayores, preservando así un legado cultural que se mantiene vivo y vibrante en la comunidad.
Espacios de encuentro y convivencia
Los ensayos de las comparsas, los desfiles por las calles y las presentaciones en eventos locales no solo son ocasiones para disfrutar de la música, sino también oportunidades para fortalecer los lazos sociales y fomentar la convivencia entre vecinos.
En conclusión, la música de comparsa emerge como un elemento identitario fundamental de la cultura puntarenense, especialmente en los barrios donde su presencia es palpable en la vida cotidiana de sus habitantes. Más que una forma de expresión artística, la comparsa se erige como un símbolo de la vitalidad y la tradición de una comunidad que encuentra en sus ritmos una fuente inagotable de alegría, compromiso, historia y cohesión social.