Por: Luis Zamora
Los morados superaron al equipo más constante en estas instancias en la última década.
Sucede mucho en el fútbol internacional, que en torneos importantes se terminan robando la atención actores inesperados, justo ese es el caso del campeonato nacional de Costa Rica, en donde Saprissa y Heredia se disputan el título siendo los dos peores clasificados de la tabla.
Tras el show de Bejarano en semifinales y el sufrimiento Herediano para dejar a Santos en el camino, ambos equipos se enfrentaban en la quinta gran final de los últimos 10 años, para desempatar el duelo directo igualado a 2 títulos.
En los papeles, el equipo morado llegaba fortalecido por eliminar a su archirrival y super líder en el torneo, Alajuelense. Los florenses, con un poco más de dudas, apelaban a su experiencia para salir gananciosos.
En Tibás llovió pólvora al inicio del juego, esa pirotecnia la aprovechó el Saprissa para anotar el primer gol del partido, con un zapatazo de Daniel Colindres al minuto 20, el capitán local se aseguraría la primera asistencia de la noche, comenzando así su reinado en el medio campo del Ricardo Saprissa Aymá.
La pólvora no solo impulsó a Colindres a marcar, sino que dejó un nublado cielo, tan nublado como la defensa del Saprissa justo antes de terminar la primera mitad, cuando abandonaron la marca del capitán Herediano, que, parecía decidido a anotar los goles que su hermano no pudo y empató las acciones.
La tensión se sentía en el ambiente, tanta era que, hasta los carteles de papel, plantados en la gradería este del estadio, parecían nerviosos por el desenlace del segundo tiempo.
Luego del asedio morado en la primera mitad, el equipo se mostró decidido a mantener esa posesión. Mariano Torres seguía comandando el barco, pero la visita no dejaba apagar su luz de esperanza y, la gorra, que sostiene la cabeza de su guardameta, no le impedía observar el balón en el cobro de tiro libre del argentino y evitar así la ventaja local.
Un desaparecido Ariel Rodríguez, encontró la manera de juntar la marea blanca herediana y dejarle un espacio libre al guerrero de mil batallas que porta el 11 en Saprissa, luego de un desvío, el monstruo se ponía de nuevo por delante en el marcador.

Foto: Lanacion.com
El partido trascendió muy tranquilo en los siguientes ocho minutos de juego, pero no era una tranquilidad que transmitiera paz, sino incertidumbre, y esa sensación constante de que algo va a pasar en cualquier instante.
Justo cuando más tranquilidad se percibía, el mago sacó su barita y se dispuso a hacer su segundo truco de la noche, desde el sector izquierdo, Torres, el 20 morado, asistió a su compañero Aubrey David, para que La Ultra celebrara desde su casa, lo que parecía ser una ventaja definitiva.
Continuó el Saprissa insinuándose al ataque comandados por su estrella, eso sí, resguardado atrás para evitar un descuento visitante que, podría culminar en un mal resultado para los locales.
Como un superhéroe, Jordy Evans recorrió 30 metros de la cancha a máxima velocidad, recuperando una pelota que parecía inofensiva, pero el último villano del Saprissa, perdería la posesión en ataque y dejaría la posibilidad en un saque de banda peligroso para los florenses.
Sí, es humano, dijo el cuerpo técnico herediano, al notar que Evans había resultado agotado de su anterior carrera, dejando centrar con facilidad a un Gerson Torres, que observaría a su compañero volar como en las películas, sólo que, en lugar de capa, lo que llevaría en su espalda era el número 21, con el cual, logró descontar para la visita al minuto 85.
Regresamos a esa tranquilidad previa al 3-1, el ambiente se tensó tanto que ni los jugadores mismos notaron el momento en el que Juan Gabriel Calderón, árbitro del encuentro, pitó el final del juego.
De nuevo la pólvora se hizo presente, el reducto tibaseño fue testigo de otra final histórica, en la que su equipo sacó una ventaja, ventaja que nunca ha sido superada en la historia de la primera división nacional, cuando se trata de Saprissa el rival a vencer.