Este reportaje empieza con un viaje de España a Costa Rica. Concretamente, empieza cuando, al ir a contratar el seguro de salud me dijeron que el aborto no estaba cubierto y que tuviera cuidado. Para alguien como yo, que había dado por sentado el acceso a este derecho, fue un golpe de realidad. Un recordatorio abrupto de la disparidad de situaciones legales y sociales en el mundo. Fue ahí cuando entendí que no solo viajaría para estudiar: iba a hacer un viaje hacia la comprensión de una realidad que, aunque lejana, me resultaba extrañamente cercana en su impacto humano.
Costa Rica, es un país en el que, de forma indirecta, la religión ha jugado un papel preponderante en la formación de leyes. De acuerdo a una encuesta del 2019 de la Universidad Nacional, casi un 80% de la población profesa una religión con creencias cristianas, lo que ha incidido en el pensamiento de la mayoría de los jueces y magistrados, que no admiten la aplicación del aborto procurado.
Regulación del Aborto en Costa Rica
El Código Penal de Costa Rica establece que el aborto es ilegal excepto en casos de peligro para la vida o la salud de la mujer embarazada. Fuera de estas circunstancias, el aborto se considera un delito punible con sanciones que, en su gran mayoría, incluyen prisión tanto para la mujer que aborta como para las personas que le ayudan.
En base a esta regulación, el aborto terapéutico no está penado en este país, pero muchos doctores a los que se les solicita un aborto aluden a su derecho a la objección de conciencia o hacen referencia a la falta de regulación legal que pueda respaldar su acción en caso de denuncia. De esta forma, no tienen la obligación de llevar a cabo ninguna interrupción de embarazo, aunque suponga un riesgo para la vida de la mujer. Alejandra Cárdenas explicó esta situación para el medio de Amelia Rueda.
Con esta situación, a las mujeres costarricenses solo les quedan dos opciones: abortar de forma ilegal o viajar a un país donde sí sea legal. En ambos casos es sumamente necesario tener facilidades económicas. Tal como cuenta Emily en las redes sociales del Movimiento Aborto Legal Costa Rica, ella pudo abortar porque pudo correr con los gastos de viajar a otro lugar, pero una amiga suya falleció tratando de llevar a cabo un aborto clandestino e inseguro.
Riesgos de un aborto clandestino
La última investigación sobre aborto la realizó la Asociación Demográfica Costarricense en 2008 y reveló que en el país se realizaban 27 000 abortos inducidos por año. Además, estimó que una cuarta parte de las mujeres que han practicado el aborto de forma insegura, terminan buscando ayuda sanitaria por las complicaciones postaborto.
La Caja Costarricense de Seguro Social registró que entre 1997 y 2017, un total de 97 984 mujeres llegaron a hospitales con complicaciones a raíz de abortos incompletos. Si la proyección de la Asociación Demográfica se cumpliera, significaría que hay más de 24 000 mujeres abortando cada año.

Unos datos preocupantes si tenemos en cuenta el peligro que supone el aborto inducido para el cuerpo de la mujer. La interrupción del embarazo sin la presencia de un profesional aumenta el riesgo de complicaciones graves como hemorragias severas, infecciones, perforaciones uterinas y daño permanente en órganos reproductivos. En casos extremos, el aborto clandestino puede resultar en la muerte de la mujer.
Además, este tipo de aborto puede hacer mella en la salud mental de la mujer y este problema puede no ser exteriorizado. El dolor físico y el no acompañamiento pueden ser causantes de traumas a largo plazo. Por otro lado, la ansiedad, la depresión e incluso el suicidio se han asociado en múltiples ocasiones con abortos fuera de la legalidad.
Debate sin final
Es por todo ello que existen múltiples movimientos que reclaman el derecho al aborto legal absoluto y sin excepciones para la mujer en el país. Desde la perspectiva de una europea que daba por hecho este derecho, como yo, Costa Rica está a la cola en términos de derechos de las mujeres junto con la mayoría de países latinos, si se compara internacionalmente. En este sentido, Francia es el país más avanzado en esta materia ya que no solo lo tiene despenalizado, sino que hace poco más de un mes incluyó el su constitución el aborto como un derecho.
Lo que está claro es que el debate sobre el aborto en Costa Rica es complejo y polarizado, reflejando tensiones entre religión, derechos individuales y salud. Mientras que algunos abogan por la protección absoluta de la vida desde la concepción, otros argumentan a favor de garantizar el acceso seguro y legal al aborto como un derecho fundamental de las mujeres. Queda claro que el tema del aborto continuará siendo objeto de debate en un país que tiene mucho camino por delante en materia de derechos humanos.