Los protocolos de atención de emergencias psicológicas y del malestar emocional en la UCR tratan de mitigar una problemática de autolesiones, de la cual la universidad no es responsable pero a la que se debe enfrentar

Imagen del piso 6 de la Facultad Ciencias Sociales (UCR) el 13 de septiembre de 2023, día en que un estudiante ahí intentó quitarse la vida.
Santiago Mora Rivas| santiago.morarivas@ucr.ac.cr
El 13 de septiembre del 2023, un estudiante de la Universidad de Costa Rica (UCR) intentó acabar con su vida en el sexto piso de la Facultad de Ciencias Sociales: rompió una ventana e intentó saltar, pero fue detenido y auxiliado por cuatro estudiantes de psicología que estaban en el lugar (en ese piso está la Escuela de Psicología). “La ventana rota y la madera que la cubre en el sexto piso de FCS es la herida simbólica” declaró horas después del suceso Manuel Sanabria, director de la Escuela de Psicología.
Pero no fue un acontecimiento único: en el 2020, durante la pandemia, un estudiante tomó su vida en las afueras de la sede Rodrigo Facio, cerca de la entrada a la Calle de la Amargura. De acuerdo con Esteban Porras, estudiante de Ciencias de la Computación “se hizo una publicación en el grupo de Facebook ‘Soy Estudiante UCR’ sobre el incidente, en la cual se decía que, supuestamente, el muchacho mencionó en su ‘carta de despedida’ a la universidad como uno de los elementos que lo llevó a acabar con su vida, junto con la soledad e indiferencia, la salud mental de los estudiantes durante la pandemia”.
Zona cercana donde un estudiante de la UCR se quitó la vida, en el 2020 – Fotografía de Santiago Mora
El manejo de emergencias psicológicas y atención de la salud mental que brinda la Universidad de Costa Rica a sus estudiantes ha cambiado desde que se creó el protocolo oficial, en 2018. A pesar de que el servicio es gratuito y disponible para todos los estudiantes, ya sea de modalidad presencial o virtual, comentarios como “no atienden” o “le ayudan a una a ir, pero no se mejora mucho” no son extraños de escuchar.
Esta percepción se ha visto reforzada por los diversos casos de intentos de suicidio dentro del campus universitario, porque los dos recién explicados no son los únicos que se han dado; es una problemática real de salud pública.
El reglamento interno que creó la UCR en 2018 es el resultado del Plan Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud, el cual instaba a todas las instituciones públicas a oficializar protocolos para atender emergencias psicológicas.
El ministerio promovió este plan debido a la alta tasa de suicidios hay en el país; por ejemplo, para el periodo de 2018 a 2022 el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) registró un total de 1991 suicidios, un 82% de ellos hombres. Mientras que datos del informe “Juventudes y Violencias 2019-2023” de la Comisión Técnica Estadísticas de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Comesco), indicó que entre el 2019-2023 hubo aproximadamente 8.000 intentos de suicidio y la cifra de suicidios consumados fue de 874.
La doctora Sedali Solís Agüero, jefa de la Unidad de Servicios de Salud de la Oficina de Bienestar y Salud (OBS), explica que el protocolo se ha modificado a lo largo de los años, en respuesta a los hallazgos encontrados durante la puesta en práctica, y los comentarios del Ministerio de Salud. La más reciente reforma se oficializó en el 2024, con la Resolución de Rectoría R-131-2024.
Bajo esta resolución se han atendido más de 1200 estudiantes de todo el país desde 2021, año en el que se comenzó a recopilar datos.
Se suele hablar de ‘salud mental’ pero el término adecuado es malestar emocional, la “salud es algo más integral”, indica Cinthya Córdoba López, jefa de la Unidad de Promoción de la Salud: “se ve la salud como un todo”. Bajo esta visión es como la OBS maneja la creación de los protocolos para la atención e intervención de los estudiantes.
Cabe mencionar también, para dimensionar los datos, que en 2023 había 44,380 estudiantes activos en la Universidad de Costa Rica. Además que los estudiantes atendidos no representan la totalidad de los que buscan conseguir atención, esa cifra no se recuenta.
Una problemática de salud
Esteban Porras formaba parte activa del ‘Soy Estudiante UCR’ en ese tiempo, y también comenta que como respuesta a la “soledad y malestar” que había en el estudiantado, los mismos estudiantes de diferentes sedes de la UCR en todo el país, crearon un grupo de Telegram con el fin de brindarse acompañamiento y apoyo entre ellos mismos. A pesar de que del chat salieron varias amistades y relaciones, al finalizar la pandemia el grupo había cumplido su propósito y fue cerrado, explicó Esteban.
Para efectos de este reportaje se realizó, a través de redes sociales, un sondeo en el cual 38 estudiantes opinaron sobre la atención psicológica de la universidad, y también comentaron sobre situaciones en las que personas hayan atentado contra su integridad física en la UCR . Aquí destacamos unas de las declaraciones:
“Residencias estudiantiles, en 2018 hubo un suicidio dentro de las instalaciones, y varios (intentos) seguidos a ese evento, y cada tanto tiempo personas tienen intentos también, pese al posible acompañamiento de las dos personas profesionales en salud mental.”
“Es deficiente, como que al menos le ayudan a una, a ir ahí, pero no se mejora mucho. Usan la religión y cosas no basadas en evidencia científica.”
“No atienden”
“El CASE es superinaccesible”
“Conocí de alguien que atentó contra su vida en un baño de Artes Plásticas”
“Tiene mucho que mejorar para brindar servicios a la población”
“Estaba en la asocia (asociación de estudiantes) y se activó el protocolo, yo no estaba activamente haciéndome daño, eso realmente había pasado el día anterior, pero mi amiga llamó al número de emergencia”
Marcos Ortega Araya, paramédico miembro del equipo de atención prehospitalaria de la UCR, comenta que ha tenido que intervenir a estudiantes que atentan contra su integridad física. “Estas situaciones forman parte de las llamadas ‘urgencias de salud mental’, que desafortunadamente son recurrentes en los entornos universitarios”. Para contextualizar, sirve mencionar que del 2019 a marzo del 2024 la CCSS atendió un total de 23.717 situaciones por lesiones autoinfligidas.
“La autolesión puede presentarse de diversas formas, tanto letales como no letales: desde la ingesta de sustancias, caídas intencionales, cortes superficiales o golpes autoinfligidos” aclara Ortega.
Ortega y sus compañeros del equipo de atención prehospitalaria reciben una capacitación en primeros auxilios emocionales, de acuerdo a lo que se indica en el: “Protocolo institucional para el abordaje del comportamiento suicida, intento de suicidio y otras urgencias psicológicas en la Universidad de Costa Rica” (PIACS-UCR). Este protocolo es una parte pequeña, específica para el comportamiento suicida, del gran protocolo de salud mental y bienestar emocional que se aprobó en 2018.
Funcionamiento de la OBS
Hasta el 2 de mayo de 2025, la manera de solicitar atención psicológica en la Universidad de Costa Rica era mediante una referencia del Centro de Asesoría Estudiantil (CASE) de su respectiva unidad académica. La complicación recae en que obtener estas referencias “no es accesible” de acuerdo a muchos estudiantes, ¿por qué? Porque la unidad de atención psicológica solo cuenta con tres psicólogos, y no puede haber lista de espera, entonces para el CASE es imposible generar una referencia, a no ser que haya espacios disponibles.
Oficina de Bienestar y Salud – Fotografía de Universidad de Costa Rica
En caso de necesitarlo, un estudiante se puede dirigir presencialmente o escribir al contacto de las siguientes oficinas institucionales:
“También hay que entender que la universidad no es un centro de salud. Y entonces, en esa línea, el nivel de responsabilidad que puede asumir la universidad no es el mismo que puede asumir un hospital, una clínica o un EBAIS”, explica Sedali Solís, jefa de la Unidad de Servicios de Salud. Por ese motivo no se cuenta con profesionales en psiquiatría, ni se da atención de ese tipo.
“Lo que pasa es que no siempre se puede. Entonces ahí es donde yo digo: no es que no queramos, no es que seamos negligentes, es que hay una serie de situaciones que nos impiden a veces hacer las cosas de la mejor manera” aclara Solís, en cuanto a la calidad del servicio que se puede dar.
En recientes años, se ha incorporado más el uso de terapias grupales: “hemos, en los últimos años, implementado cada vez con más éxito abordajes psicoterapéuticos grupales. Eso permite abordar mayor cantidad de personas en un mismo momento, además el dispositivo grupal tiene una serie de beneficios que la atención individual no tiene”, indica Solís.
Si bien hasta el 2018 no se oficializó el reglamento, desde antes ya existían esfuerzos y procesos para la atención del malestar emocional en la Universidad, y también estaba determinada la existencia de los tres puestos de psicólogos, así como las bases de las terapias grupales.
Adicionalmente, a los profesionales ya mencionados, hay dos psicólogos específicos para el programa de residencias, los cuales están ubicados en los edificios del programa. Además, hay orientadores en cada CASE y la Oficina de Becas y Atención Socioeconómica (OBAS).
Las causas de la situación
La sociedad suele caer en la falsa premisa (particularmente las generaciones mayores) de que los jóvenes de hoy en día ‘no tienen problemas’, ‘tienen todo resuelto’ o que ‘la ansiedad y esas cosas antes no pasaban’. Fabián Jiménez Fernández, coordinador del Área de Psicología de la OBS, reconoce estos prejuicios e ideas erróneas: “yo empezaría diciendo que sí existían, sí pasaba. Tal vez es que en otros momentos, en otras generaciones, había más censura a la hora de hablar de esas cosas”.
“Esta generación ha estado expuesta a cosas que otras generaciones no estuvieron expuestas. ¿Cómo qué? Redes sociales, por ejemplo. Todo el bombardeo mediático. Ahora nos enteramos de todo: Gaza, guerras, cambio climático, aparte de los problemas internos del país, como la ola de delincuencia, los sicariatos… es una generación que está constantemente bombardeada.”
Jiménez también explica cómo a nivel universitario todo ha cambiado: “si a esto le sumamos factores sociales y económicos como que ustedes entraron a la universidad sabiendo que cuando terminen van a tener que ir a un mercado laboral complicado. Antes, en mi generación uno sabía que con un título algún trabajo conseguía; ahora la sensación es: termine la universidad rápido, piense en una maestría, complemente con otra carrera, inglés y otro idioma. Todo eso suma presión y va generando esta desestabilización a nivel emocional.”
Todos estos factores se pueden sumar a cualquier situación particular que una persona pueda pasar a nivel familiar, académico o personal.
“Es importante comprender que, en muchos casos, la intención no es terminar con la vida, sino aliviar un sufrimiento emocional profundo”, señala el paramédico Marcos Ortega sobre qué lleva a las personas a autolesionarse.
El psicólogo Jiménez agrega que “una persona que toma la decisión de atentar en contra de su vida, es una persona que está en un sufrimiento constante por un periodo muy prolongado de tiempo, y que llega a un punto en donde se convence de que ya ha intentado todo y que no ha logrado obtener un resultado. Entonces, hay un sentimiento de desesperanza. ‘Ya lo intenté todo, no pude detener este dolor, la opción que me queda es atentar o acabar con mi vida’”.
Jiménez también hace énfasis en que lo importante es recordarles que hay otras opciones, que hacerse daño no es su último recurso.
SAP y la Unidad de Promoción de Salud
Desde el 2 de mayo de 2025 se lanzó el Sistema de Solicitud de Atención Psicológica (SAP), desarrollado por la Vicerrectoría de Vida Estudiantil (ViVE) de la UCR. “El sistema lo que hace es clasificar. Entonces, el sistema dice, ‘en función de lo que esta persona estudiante está ingresando a este formulario, esta persona realmente es un caso muy complejo y debe ser atendido en la Caja (CCSS). O esta persona es un caso de complejidad intermedia y puede ser o debería ser atendido en la oficina de Bienestar y Salud en el área de psicología. O esta persona debería ir a la oficina de becas o residencias estudiantiles’”, explica Sedali Solís.
Imagen tomada del sitio web de la Facultad de Ciencias
Juan de Dios Murillo, estudiante de Comunicación Colectiva, señala que su experiencia usando el SAP ha sido muy positiva: “uno pone los datos después de dar un consentimiento informado, luego le preguntan la descripción de su caso ‘por qué necesita atención psicológica, qué es lo que le está pasando, qué está solicitando’ y el sistema le dice que recibirá una respuesta en cuatro días hábiles; en mi caso recibí respuesta en el cuarto día, la cual fue redirigirme a terapia grupal”.
Fabián Jiménez, director del área de psicología de la OBS, comenta que esta plataforma será modificada de acuerdo a las necesidades que se vayan notando en la puesta en práctica. Además de que la difusión del SAP depende del departamento de comunicación de la OBS y de la Unidad de Promoción de la Salud, al igual que las demás actividades de bienestar y salud que organizan ambos entes.
Las ferias de salud mental, talleres de alimentación saludable, manejo de la ansiedad, etc. son actividades claves. Para Sedali Solís y Cynthia Córdoba, jefa de la Unidad de Promoción de la Salud, lo que se debe trabajar en la universidad, tomando en cuenta las limitaciones que se tienen, es el bienestar total de las personas. Estas actividades ayudan a evitar que tengan la necesidad de solicitar intervención médica de cualquier tipo, incentivando la salud integral, además que brindan las herramientas para que cada persona sea capaz de manejar sus emociones y problemas, así como reconocer síntomas de mejor manera.
Para acceder al servicio de atención del malestar emocional, se recomienda utilizar la aplicación SAP; sin embargo, aún funciona dirigirse al CASE de su respectiva unidad académica. En el caso de emergencias se debe llamar al 2511-4911, para así activar el protocolo indicado y recibir la atención necesaria por parte de la UCR.
También se puede solicitar atención a la línea Aquí Estoy (2272-3774) el Colegio de Profesionales en Psicología. La línea está activa de lunes a viernes de 2:00 p.m. a 10:00 p.m. y sábados de 9:00 a.m., a 4:00 p.m. para el abordaje del comportamiento suicida; y al 911 para el Despacho Apoyo Psicológico, que recibe llamadas 24/7 donde un profesional en psicología atiende consultas.