En un mundo donde la tecnología avanza de manera desenfrenada y la presión social muchas veces moldea nuestras decisiones, hay algo completamente liberador en detenernos y volver a una historia clásica que nos recuerda el verdadero sentido de la vida. Dead Poets Society (1989) es precisamente esa historia. Te daré tres razones por las cuales no debes seguir ignorando esta película.

1. ¿Qué significa vivir de forma auténtica?
Esta es la pregunta que nos hace el profesor Keating, interpretado por Robin Williams, cuando invita a sus estudiantes a “aprovechar el día” (a no conformarse, encontrar sus propias voces y luchar por lo que los mueve). Actualmente, en una sociedad donde las expectativas y las normas parecen atraparnos, el recordatorio del profesor de que la vida es breve y preciosa se siente más relevante que nunca. Muchas veces somos prisioneros de seguir estándares de éxito impuestos y la búsqueda de encontrar nuestra verdadera identidad, con esta historia obtenemos una inspiración crucial: la libertad de elegir, de ser uno mismo, de decir “Carpe Diem”.

2. El valor de la educación humanista
Dead Poets Society no solo trata sobre libertad e individualismo, sino que también invita a reflexionar sobre el papel de la educación en nuestras vidas. En una era dominada por la tecnología y habilidades técnicas, resalta la importancia de las humanidades, el arte y la poesía como medios para sentir y pensar profundamente. Es una llamada a redescubrir el conocimiento más allá de lo práctico, ofreciendo un refugio y estímulo a quienes se sienten desconectados en un mundo cada vez más práctico.
3. Relaciones humanas y el poder del mentor
En el contexto actual, donde la búsqueda de conexiones reales puede parecer difícil en medio de la era digital, la figura del profesor Keating sirve como recordatorio del impacto que podemos tener en los demás. Se nos enseña que un docente no es solo un transmisor de conocimientos, sino que es un guía que inspira y desafía, que invita a los estudiantes a pensar más allá de lo evidente, a ser críticos, a ser valientes.

En 2024, es inevitable ver esta película desde la perspectiva de las luchas contemporáneas: la crisis climática, los movimientos sociales, el activismo en favor del cambio. Dead Poets Society nos recuerda que el primer paso para transformar el mundo es cuestionar las reglas, es ser capaz de decir “esto no es suficiente, debemos aspirar a más“. Los jóvenes que hoy alzan su voz por un planeta mejor, por igualdad, por un sistema más justo, encontrarán inspiración en la valentía que Keating inculca en sus estudiantes: la de desafiar la autoridad cuando no se ajusta a la verdad que queremos construir.
Ver Dead Poets Society es un acto de resistencia. Es elegir la profundidad sobre lo superficial, la autenticidad sobre la conformidad, la pasión sobre la apatía. Es una invitación a levantarse, a mirar la vida desde otra perspectiva, a reír, llorar, sentir. Porque si algo sigue siendo cierto, es que el tiempo pasa y nosotros somos los únicos que podemos decidir qué hacer con él. Aprovechar el día no es solo un lema, es una elección, y tal vez, ver esta película sea el primer paso para recordarlo.